Vistos los resultados, me creo que la puesta en escena de los muchachos de Podemos tratando de forma ambigua sus orígenes y procedencia ideológica, no fue la más adecuada: "No somos de derechas ni de izquierdas, aquí caben todos los que quieran cambiar el país y echar a esta casta de corruptos". Hasta ahí bien, pero reconoce que eres de izquierdas, porque a nadie de la derecha se le ocurriría una transformación social que perjudicase sus intereses.
Se presentaron medio de perfil y enarbolando el estandarte de la ética y el juego limpio: asambleas, referendums, escuchar a la calle, empoderar al pueblo y meter en cintura a la banca, fueron algunas de sus ya populares consignas, con lo cual se pusieron un listón muy alto ellos mismos, que no han podido saltar ni al tercer intento, cuando Errejón o Monedero fueron acusados de algunas irregularidades. Calderilla comparado al global de lo malversado por los gobiernos de turno y los más de 17.000 millones de euros donados a la banca y que "nadie" sabe dónde están. Son objeto de una caza de brujas que debieren haber previsto saneando sus asuntos antes de lanzarse al ruedo público, donde rápidamente te entran a matar y te piden las orejas y, si pueden, el rabo.
Esta falta de reflejos en las respuestas y escasa contundencia documental, les ha hecho perder fuelle y credibilidad entre sus millones de simpatizantes. Cuando leí lo de "nosotros en nuestro tiempo" como versión wagneriana de los muchachos de Podemos, de la mano de la pluma o el portátil de Andrés Trapiello en su excelente artículo "Tic tac" para el Dominical de La Vanguardia del 8 de marzo, me agradó comprobar que su diagnóstico coincidía con la impresión que me había llevado yo de mi experiencia personal con el Círculo Podemos de mi pueblo: la gente mayor no es de su agrado. Tiempo atrás un colega me había advertido que le daba la impresión de que estos muchachos de Podemos venían a "matar al padre" PP e instaurar la ley de la pandilla adolescente. Me pareció que exageraba, pero el tiempo y las acciones pondrán las cosas en su lugar.
Siempre pensé que la concreción social de Podemos como partido tenía que pasar por un riguroso trabajo de dinámica interna de grupos que favoreciera su cohesión y enfoque de objetivos al servicio del bien común. Propuse este plan de acción para nuestro Círculo cada vez que aparecían enfrentamientos, pero tan sólo alguna voz aislada se pronunció por la labor. El resultado ha sido un Círculo fraccionado en dos bandos contrapuestos y de una primera asamblea fundacional donde asistieron más de 50 personas interesadas en el proyecto Podemos, apenas restamos unos 20/2.
Hay mucho talibán entre estos jóvenes a quienes el geógrafo y politólogo valenciano Jaime Miquel, califica de "ciudadanos nuevos", que rechazan a los "niños de la autarquía", entre los que me encuentro yo. Muchos jóvenes fanáticos de pensamiento único, rígidos y déspotas, incluso crueles.
Estas escisiones y fragmentaciones internas se están produciendo en todos los Círculos Podemos donde se están imponiendo corrientes de poder y opinión, no siempre explicitadas, pero muy apetitosas para ese montón de trepas y oportunistas, que ven en un Partido nuevo, la ocasión de satisfacer sus ambiciones personales.
Se está sacrificando la democracia interna y matando el espíritu que dio vida al 15M. Los indignados con buen corazón y sinceros deseos de mejorar la vida de su pueblo, están siendo desplazados por los saqueadores y aves de rapiña. Al final serán los demonios los que tomen el cielo por asalto.
De no cambiar drásticamente de actitud, mucho me temo que ese "tic-tac" con que anuncian el final de la hegemonía PP-PSOE en España, vaya a ser también el inicio de su paulatina extinción como partido alternativa a toda esta mierda que tenemos ahora. Me gustaría estar equivocado, pero como le digo a mis compañeros... esta experiencia vivida no os la puede robar nadie.
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