domingo, 12 de enero de 2020

DE VUELTA

Reconozco que escribir a un público invisible y no obtener el "feedback" de sus comentarios te desmotiva en la tarea y máximo cuando el único comentario que recibí me tildaba de misógino porque cuestionaba algunos comportamientos y actitudes de ciertas mujeres que se creen que lo saben todo y están perjudicando psicológicamente a sus hijos sin ser muy conscientes de ello.
Son tiempos de dogmatismos y fundamentalismos, por lo que cualquier opinión crea aceptación o repulsa y no se genera un espacio de diálogo, reflexión y escucha por ambas partes. O conmigo o contra mi, sin matices ni espacios transicionales.
Haciendo auto crítica, pienso que mis escritos eran demasiado extensos y quienes los leían lo hacían en diagonal o desistían directamente.Hace muchos años que leí "El coronel no tiene quien le escriba", una hermosa y no muy extensa novela de Julio Cortázar, si la memoria no me traiciona. Yo hoy me quejo de que no tengo quien me comente, en mi cuenta de Instagram donde publico mis poemas, los escasos 30 fieles lectores que me siguen se limitan a poner un "like", que yo agradezco mucho, pero echo en falta que la gente dedique algo de tiempo a pensar sobre lo que lee y desarrolle sus ideas.
Nos estamos acostumbrando demasiado a tragar todo lo que nos echan en los noticieros o leemos en prensa, sin pasar por un juicio crítico y su contraste con otras fuentes o autores. Si a ello añadimos el problema de las "fake news" (noticias falsas), nos encontramos con un grave problema de intoxicación mental al servicio de espurios intereses económicos de gentes sin escrúpulos o malintencionada.
Un cordial saludo y mi agradecimiento a todos aquellos que me leen de donde quiera que procedan.