viernes, 27 de febrero de 2015

Podemos y Syritza ¿Numantinos Siglo XXI?

Varios años con el cinturón de austeridad puesto a tope y "overbooking" a diario en la cueva de Alí-Babá, han generado respuestas sociales, masivas, espontáneas y solidarias.
Podemos en España, Syritza en Grecia.  Parece ser que se confirma que en los países donde hace mucho sol, abunda la luz, el buen vino, el aceite de oliva y ricas frutas o manjares, son también los más pobres y menesterosos.  No hay como entender bien la vida para practicar la indolencia y el anti calvinismo suizo.

Los países cerveceros y salchicheros son más ricos que nosotros, les da por trabajar un montón y se dedican a fabricar veloces y confortables autos que les acerquen lo antes posible a disfrutar de nuestras hermosas playas y de una asquerosa sangría.  Los latinos, que somos más listos, más perspicaces, inventivos y picarones, nos pasamos gran parte del tiempo pensando en cómo ganar mucha pasta sin pegar golpe o en las mil y una triquiñuelas para apoderarnos del dinero ajeno, de la manera más sutil y disimulada posible.

Casi siempre han sido los jóvenes intelectuales quienes, a lo largo y ancho de la lucha de clases, cuando éramos clases en vez de castas, han encabezado los movimientos de lucha contra el poder tiránico dominante, como fue el caso del subcomandante insurgente Marcos, (escribiré sobre él en otra ocasión) que fundó el movimiento zapatista y se atrincheró en la selva Lacandona de Chiapas para defender a los indígenas del abuso y marginación al que era sometido por el Estado mejicano.

Su líder revolucionario, cuyo auténtico nombre es Rafael Sebastián Guillén Vicente, dispara mejor con la pluma (es un excelente escritor, poeta y pensador) que con las balas, cuando aseguraba que: "Es nuestra convicción y nuestra práctica que para rebelarse y luchar no son necesarios ni líderes, ni caudillos, ni mesías ni salvadores.  Para luchar, sólo se necesitan un poco de vergüenza, un tanto de dignidad y mucha organización"

Como quiera que en España no existen selvas donde esconderse, salvo las de los legajos de los juzgados, a los jóvenes universitarios de Podemos, Pablo Iglesias, Pablo Echenique, Íñigo Errejón o Juan Carlos Monedero, no les ha quedado más remedio que pisar el asfalto y los putrefactos cenagales de la casta de derechas y centro derecha, que se han alternado en el poder durante décadas. Dicen que han venido para quedarse y mucha gente, de forma anónima y desinteresada en lo económico, les está ayudando para que así sea. Esperemos que no nos defrauden, disponen del capital de la ilusión y esperanza de cambio de millones de personas y sus réditos se pagan con vidas humanas.

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