Ahora, desde "l´après coup", en el sentido psicoanalítico del término, quizá pueda comprender esa parte pasional tuya por la Fiesta taurina, ese fugaz encuentro entre la mente humana y la animal, en un delirante desdoblamiento mágico, donde el desafío a la muerte se mide por unos lances entre pitones, en los que todo depende de unos pocos centímetros más a la izquierda o a la derecha, más abajo o más arriba.
No existe un impacto estético semejante a ese, ni arrebato amor-odio que se le iguale. Belleza y muerte, biología y psique, tan cercanas y tan distantes al mismo tiempo. A ti te debemos esa anécdota que circulaba entre poetas e intelectuales cercanos a F. García Lorca, según la cual, éste había llegado a eyacular en alguna ocasión a causa de la fuerte impresión que le turbaba cuando el toro se ceñía a los muslos del torero. Desconozco si se trata de una leyenda urbana más, pero conociendo la extrema sensibilidad del poeta de Fuentevaqueros, no me extrañaría lo más mínimo que fuese cierta.
Te has ido sin que pudiera decirte que a mi el toreo también me embruja, aunque no me agrada el exceso de castigo que se le infringe al animal, o que se le acabe sacrificando. El indulto al toro ejemplar no debiera depender de la omnipotencia narcisista del torero.
Estoy más cercano a las fiestas micénicas de Knosos en Creta, donde se "jugaba" con el astado al "a ver si me pillas" y los hombres lucían sus habilidades atléticas, ante la belleza de estampa e imponente fortaleza del toro como animal mitológico.
Esa pasión venía de tu madre, como los ojos azules y esa propensión al rencor, a no poder perdonar el daño recibido. Viviste de primera mano el mayo francés del ´68 y estuviste siempre rodeado de afamados poetas, cantautores y científicos. Te pegaste todas las fiestas que pudiste hasta que el toro interno, en forma de cáncer, te invistió de forma traidora (el "yo" solo se entera de lo que le conviene), y te llevó por delante.
¿Qué fue de la "gauche divine"? Entre otros aspectos sociológicos que no puedo abordar ahora, el paso de los años y el desencanto general de una salida de la dictadura que fue un fraude más para las clases humildes, estos izquierdistas de chequetera, volvieron al redil de la burguesía de la que habían salido y a la que habían tímidamente atacado, con pataletas propias de adolescentes rebeldes.
Te recordaré siempre con esos pelos alborotados a lo sabio Einstein, inquieto, con la mirada extraviada, y te estoy muy agradecido por aquellos libros de poesía que me regalabas, con aquella coletilla que añadías y que nunca olvidaré: "Té, Nándes*, a veure si t´agraden aquests poemes".
Me alegro de haberte conocido Jaume, gracias por tu apoyo y ojalá algún día podamos seguir hablando de poesía y cazar mariposas galácticas juntos. Mi más sentido pésame para su hermana Josefina, a quien tengo en alta estima.
* Contracción catalanizada de Fer/nández... Nández...Nándes.
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