jueves, 2 de enero de 2014

El aborto en un aborto de democracia

Decía Chateaubriand en sus "Retratos y juicios históricos" que el carácter nacional no se puede borrar. Los marineros franceses habían observado que, en las nuevas colonias, los españoles empiezan construyendo una iglesia, los ingleses una taberna, los franceses un fuerte y añadía el escritor de su propia cuita, que una sala de baile también.

No deja de ser una caricatura extremadamente reduccionista, pues tanto los unos como los otros aportaron sus gruesos "corpus legislativos" respectivos y muchas otras cosas más.  Si creo que me sirve el comentario del sabio francés para deducir que, tanto el Estado galo como el inglés, concedieron a su enrolado pueblo sus salones de baile y tabernas, mientras que a los pobres españolitos les construían iglesias para confesar sus pecados.

¿Se expresó el carácter nacional de nuestro pueblo tirándose a todas las indígenas que podían? ¿Construían iglesias los gobernantes españoles porque éramos muy buenos católicos, o porque éramos malas personas? ¿Ha existido el pueblo español alguna vez como "voz", fuera del estatus de chusma?

Me he columpiado un poco por las ramas y lianas como Tarzán, para abrazar seguidamente el tronco de la cuestión.  Todo el que accede al poder trata al pueblo español como masa acéfala, válida en los engranajes de producción y consumo, pero tratada como idiota en temas que le atañen tan directamente como el aborto.

La mujer ha sido históricamente arrinconada como reposo del guerrero y forzada micro fábrica de esclavos. Nutría los conventos, las labores domésticas y el campo. Si la mayoría se libraron de las minas era porque se las consideraba más débiles físicamente que los hombres y habían temores empresariales de que en la oscuridad de las galerías, los muchachos se distrajesen de taladrar donde tocaba.  De la guerra ya no hablo, porque esa gilipollez que parece inevitable a la estupidez humana, era testosterona pura.

Gracias a sufragistas como María de Campoamor o a grandes intelectuales como María Zambrano, entre otras, la mujer ha ido pellizcando cotas de poder y decisión, terreno aun vedado casi exclusivamente al poderoso macho cabrío hispano. Aunque para ser sinceros, de las mujeres que hay ahora en el Congreso, me sobran la mitad.

¿Estará la mano del Opus Dei detrás de este recorte a la ley actual del aborto? ¿Habrán abducido al ministro de Justicia? ¿No será un complot judeo-masónico?  Ja, ja. Me siento tele transportado a los años sesenta, !qué gozo¡, voy a recuperar algo del pelo perdido y nos vamos todos a rejuvenecer como sigan dando zancadas atrás. Igual hasta devuelven todos los derechos laborales perdidos. !!Yuppi¡¡

2 comentarios:

  1. Muy divertido el post. Sobre todo por lo del rejuvenecimiento jeje. Andaba yo por los años 80 bien jovencito por esta España calé.

    La nueva ley del aborto es el precio que ha de pagar el PP a la curia eclesiástica, con el OPUS a la cabeza. Pobre PaPa, que rece mucho no sea que se lo carguen jeje.

    José, te felicito por tus post, son muy reflexivos, técnicamente perfectos y agradables de leer. ¿Para cuando ese libro de poesía?.

    Un saludo
    Eduard Romo

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    1. Hola Eduardo, muchas gracias por tus comentarios y certeras puntillas que añades. El libro está en marcha y parece ser que estará listo para marzo/abril. Os informaré puntualmente sobre la presentación en Barcelona y habrán otras en Zaragoza, Molins de Rei y Jasa (Huesca). Un abrazo

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