En dicha entrevista expresa, por boca de Manuel Torres, que todo lo que tiene sonidos negros, tiene duende.
También Ramón tenía sus sonidos negros como cualquier persona. Si le prestabas un libro, casi podías despedirte de él, y no porque se los apropiase, sino que le costaba un gran esfuerzo deslindarlo de su inmensa biblioteca.
Los árboles demasiado grandes y frondosos apenas dejan filtrar la luz del sol, las criaturas bajo su custodia viven a la sombra y, entonces, es difícil ser padre y también ser hijo.
Al final de la entrevista, J. Félix le pregunta: ¿las cosas se las quitan a uno o uno deja que se las quiten? (al hilo de que los andaluces aún no habían descabezado a sus dictadores más íntimos)
"Cuando se tiene más miedo a la revolución íntima que a la propia muerte, te quitan todas las cosas", repuso.
Pionero en la psicoterapia de grupo con técnica psicoanalítica, fue a su vez un gran conocedor y divulgador de la Escuela Psicosomática de Paris (IPSO), de la obra de Wilfred R. Bion y de Donald Meltzer, otros dos grandes "monstruos" de la psicología del S.XXI
Tomando prestado un concepto meltzeriano, podríamos afirmar con total seguridad, que su presencia entre nosotros representó un gran "impacto estético", y que su falta, su ausencia, ha dejado una silla vacía en nuestros corazones y un lugar irremplazable en la A.E.H.P (Asociación Europea de Historia del Psicoanálisis), con sede en Barcelona, donde gustosamente tenía concedido el estatus de miembro honorífico.
Dos días antes de los Sanfermines te llamaron del otro lado, con lo que te gustaban a ti los toros. Permite que nos despidamos , como tu solías hacerlo de nosotros, tras aquellas inolvidables reuniones científicas,
donde tantas cosas nos enseñabas:
"Hasta la próxima amigo ,y si no nos volvemos a ver, que sea por tu culpa" (pronunciado con un ligero acento maño, tan entrañable para Ramón)
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