A partir de los años 60, o quizás algo antes, fueron apareciendo algunas revistas de humor y sátira, que no eran muy del agrado de la dictadura. Publicaciones como "La Codorniz" o "El Papus" nos adiestraron a saber leer entrelíneas, pues si sus editores querían salvar la censura, debían de hilar muy fino para no dañar la "exquisita moral" del Nacional-Catolicismo.
Semejante filtro malintencionado, tan real como persecutorio, agudizaba el ingenio de periodistas, dibujantes y escritores, sabedores todos ellos de una cierta complicidad con sus lectores, a quienes consideraban inteligentes y el germen que trajése a España nuevos aires de libertad.
También surgieron otras publicaciones que podríamos catalogarlas como de "opinión", ensayo o crítica, dirigidas esencialmente a la población universitaria y a los "izquierdosos" en general.
Me complace mencionar algunas de ellas como: "Destino", "Cuadernos para el diálogo", "Triunfo", "El ajo blanco" (anarquista), o "El viejo topo", a la que estuve suscrito y contribuí altruistamente, en un tan valiente como ingénuo intento de evitar su cierre.
¿Qué fue de toda aquella intelectualidad? ¿Se aburguesaron? ¿Se dedicaron a ganar kilos y dinero? ¿Se murieron de la "grand bouffe" democrática que nos hicieron tragar?
Ya ven que hoy el tema va de preguntas aliñadas con hierbabuena nostálgica y algunos cominos de tristeza, pues pasamos de ser un pueblo "vivo", esperanzado e ilusionado por la transición a la democracia, a vegetar como un país adocenado, desquiciado, tratado como idiota y nuevamente traicionado por catervas de políticos corruptos y mentirosos, auspiciados por una gran Banca, tan usurera como insaciable.
Razón tenía el dictador cuando dijo aquello de que lo dejaba todo "atado y bien atado" (como todos los autócratas, trató de perpetuar su presencia). Cambiaron los escenarios, el "atrezzo", escondieron en el sótano los instrumentos de tortura, llenaron los kioskos de pornografía y nos atiborraron de fútbol, telenovelas y telebasura. Cuando nos percatamos de ello, estábamos inmersos en un interminable culebrón de esos que van de "eres un ladrón hijo de ... y el otro le responde... y tú más". Le titularon "La democracia en grandes dósis mata", que fue traducido al inglés como "The everlasting ping-pong game PPvsPSOE, PSOEvsPP", algo así como la comida americana, que uno puede elegir un Demócratas de primero y un Republicanos de segundo, o viceversa.
En mi humilde opinión, en los lugares donde únicamente manden el gran capital y los mercados, no puede haber una auténtica democracia. Pero vayámos a las preguntas y espero que respondáis alguna, pues me consta que leéis mis "tostones" en lugares de toda américa y en muchos países de europa, por gentes que entienden o estudian el castellano.
Si no me falla la memoria, creo que fue en la revista satírico-humorística "Hermano Lobo", que aparecía una lista de cuestiones, respondidas todas por un lobo aullando ¡auuhh! Eran preguntas del estilo.. ¿cuándo llegará la democracia a España?, a lo que el lobo respondía, ¡ auuuh! (ahora ya sabemos que nos quedan cien años o más , pues persiste esa mentalidad caciquil de antaño)
La primera pregunta tiene que ver con mi entorno profesional: ¿acabará el psicoanálisis siendo una cuestión judia? (una que iba a formular sobre los cognitivo-conductuales la he autocensurado, para recordar viejos tiempos) Las siguientes podríamos etiquetarlas como de políticamente incómodas:
¿cuántas personas han de morir en Irak y cuánto más hay que arrasar y saquear el país hasta ser democratizado? (después les toca venir a España) ¿cuánto tiempo tardará en equivocarse de nuevo EE.UU. , atacando Irán? ¿por qué nos mostraron el ahorcamiento de Sadam Husein, el linchamiento de Gadafi y no hemos visto una sola imagen de Bin-Laden? ¿por qué los países mediterráneos son lo menos solidarios entre sí y tienen un sentido más pobre de lo grupal y colectivo? ¿el gen del aburguesamiento de los socialistas del PSOE venía ya en la sangre o iba adosado al forro de las chaquetas de pana? ¿el gen de la derecha cavernícola de la España profunda, procede de los cromagnones o de la época de los faraones?
Ahí va otra de carácter ingénuo como: ¿por qué si repartiendo toda la masa monetaria que hay en el mundo entre los 7.000 millones que somos, nos convirtiese a todos en millonarios, no lo hemos hecho aun? No se rían que esto de la miseria es una cosa muy seria.
Y voy a finalizar con algunas preguntas que me hago yo mismo, a título personal, fruto de mis observaciones conduciendo, viajando por el mundo o en el día a día entre mis conciudadanos: ¿por qué las mujeres en general no saben girar en las rotondas y presuponen además que no deben detenerse en los pasos de cebra? (feministas abstenerse de responder, pues ya me la supongo)¿por qué a los hombres no nos gusta planchar? ¿por qué el mundo occidental vive "un día corto" de luz mental? ¿por qué a los rusos les gusta tanto hablar? ¿por qué a los chinos les gustan todos los países del mundo, menos el suyo? ¿por qué la materia gris del cerebro no podría ser de la misma naturaleza que la materia oscura del Universo?
Espero inútilmente vuestras respuestas y os aclaro que lo de "con pepitoria" viene a cuento porque en España, a los Josés, nos llaman "Pepitos" (no de lomo), otra cosa más de las muchas miles que me interrogo.
Salud, amor y creatividad.
Escritos de psicología y de opinión de un Psicólogo Clínico formado en Ciencias Sociales y Políticas
sábado, 12 de noviembre de 2011
martes, 8 de noviembre de 2011
"Skammdegisthunglyndi"
Esta larga procesión de letras designa en Islandia la "depresión por día corto", o dicho de otra forma, la falta de luz durante los meses de diciembre y enero, sería la causante de sentimientos depresivos en muchas personas y de su posible suicidio.
Por cierto que los islandeses han sabido darle un "día corto" al descalabro financiero capitalista, "deprimiendo" a los responsables del desaguisado. Quizá sea casualidad o quién sabe si una evidencia de que grandes culturas y civilizaciones surgieron de sendas islas, al igual que ciertos movimientos contraculturales, léanse Creta, Inglaterra, Man, Irlanda, Islandia, Sri-Lanka o Japón, por citar unas cuantas.
Sería más crítico con el tipo de terapia que emplean contra dichas depresiones, consistente en sentar a los individuos delante de unas lámparas especiales, durante varias horas. La luz ultravioleta o del tipo que sea no restituye el objeto interno perdido, pero vivimos tiempos de bálsamos, de remedios instantáneos y milagrosos.
Abominamos la idea de tiempo cuando nos involucra en temas de procesos, de desarrollos, de etapas, de periodos. Veneramos "kronos" y rechazamos a "kairós", la inmediatez de lo concreto versus la demora en la vivencia y la elaboración.
Como acertadamente nos comentaba el Dr.Ramón Meseguer en nuestro anterior encuentro, ya hemos trascendido la inmediatez para instalarnos en la pre-urgencia. "Mire, padezco agorafobia, vengo a que me cure, ya". Vivimos esperando el "whatsApp", el "sms", el "e-mail" (si Cervantes levantase la cabeza), en la pura anticipación de un presente del que siempre tratamos de escapar en una huida hacia adelante e incesante.
Los libros denominados de auto-ayuda y las llamadas terapias alternativas sustituyen el devenir de las relaciones humanas, el vis a vis, el encuentro que favorece la transferencia de emociones y la tercerización del inconsciente. Un auténtico mercadeo para descarriados con su viacrucis personal.
Funcionamos como si el inconsciente no existiese, la cura de la angustia señal, de las ansiedades del encuentro con el mundo, las reducimos a puros actos de voluntad, a la mera generación de pensamientos positivos. Las terapias alternativas y los cognitivo-conductuales te dicen: ¡Piénse en positivo! Pretende funcionar como un mandato, como una persuasión, como una consigna.
Apela a la obediencia, a la sugestión, a la sobrevaloración del "yo" consciente.
Desde la vertiente psicoanalítica, el abordaje se iniciaría con preguntas que dinamizasen el proceso por medio del cual la persona pueda pensar sobre lo que le pasa y pueda ir encontrando respuestas en su interior. Se trata del fascinante encuentro de dos mentes y las vicisitudes agridulces del camino compartido.
Se argumenta que lo válido es lo actual y, más concretamente, lo que esté de moda. Ahora todos flores de Bach, ahora meditación trascendental, ahora Tai-chi, acupuntura, talasoterapia, risoterapia "ja, ja, ja". En fin, terapias a montones y todas ayudan aplicadas por un buen profesional, pero no se puede pretender que lo curen todo como tampoco lo puede el psicoanálisis. Eso sí, que nos sanen tocándonos el cuerpo o a través de lo sensorial, pero cuando se trata de temas mentales, la gente hace largos peregrinajes antes de acabar en una psicoterapia. A montones de paciente he tratado que venían de probar todo lo alternativo.
El psicoanálisis, como ha cumplido más de 100 años hay que ir pensando en enterrarlo. Como es viejo no vale, a semejanza de nuestros pobres abuelos. A poca gente se le ocurre pensar en el ingente caudal de experiencia y conocimiento sobre la mente humana que habrá aportado la práctica del psicoanálisis, después de tantos millones de sesiones habidas en todo el mundo.
¿Acaso los cognitivo-conductuales que desechan los sueños porque no saben qué hacer con ellos, se creen que saben alta psicología, psicología profunda? La conducta no es más que un pequeño islote en la inmensidad del océano mental. Parece que sólo es científico lo que se puede corroborar con estadísticas.
Mientras no se redescubre el psicoanálisis, habrá que seguir tragando "coachings" y "coachers" (hay que decirlo en inglés, porque si no, en castellano nos remite al "arte labial" de los vendedores de crecepelo del "far-west". Tendremos que seguir venerando cognitivismos vaciados de conocimiento, conductismos y emociones intelectivas y un largo etcétera.
Esta mañana me comentaba un paciente, que una sobrina suya de 3 años y medio, le había propuesto a su padre, que si éste dejaba el cigarrillo, ella dejaría el chupete. Y como se dice en catalán "dit i fet" (dicho y hecho). Ella ya no quiere saber nada del chupete, pero el padre sigue con el suyo, fumando a escondidas. La niña le ofreció la oportunidad de crecer juntos y él no está pudiendo.
Una vez más nos vemos obligados a depositar toda la confianza en los más jóvenes, para que nos consigan un mundo mejor.
Por cierto que los islandeses han sabido darle un "día corto" al descalabro financiero capitalista, "deprimiendo" a los responsables del desaguisado. Quizá sea casualidad o quién sabe si una evidencia de que grandes culturas y civilizaciones surgieron de sendas islas, al igual que ciertos movimientos contraculturales, léanse Creta, Inglaterra, Man, Irlanda, Islandia, Sri-Lanka o Japón, por citar unas cuantas.
Sería más crítico con el tipo de terapia que emplean contra dichas depresiones, consistente en sentar a los individuos delante de unas lámparas especiales, durante varias horas. La luz ultravioleta o del tipo que sea no restituye el objeto interno perdido, pero vivimos tiempos de bálsamos, de remedios instantáneos y milagrosos.
Abominamos la idea de tiempo cuando nos involucra en temas de procesos, de desarrollos, de etapas, de periodos. Veneramos "kronos" y rechazamos a "kairós", la inmediatez de lo concreto versus la demora en la vivencia y la elaboración.
Como acertadamente nos comentaba el Dr.Ramón Meseguer en nuestro anterior encuentro, ya hemos trascendido la inmediatez para instalarnos en la pre-urgencia. "Mire, padezco agorafobia, vengo a que me cure, ya". Vivimos esperando el "whatsApp", el "sms", el "e-mail" (si Cervantes levantase la cabeza), en la pura anticipación de un presente del que siempre tratamos de escapar en una huida hacia adelante e incesante.
Los libros denominados de auto-ayuda y las llamadas terapias alternativas sustituyen el devenir de las relaciones humanas, el vis a vis, el encuentro que favorece la transferencia de emociones y la tercerización del inconsciente. Un auténtico mercadeo para descarriados con su viacrucis personal.
Funcionamos como si el inconsciente no existiese, la cura de la angustia señal, de las ansiedades del encuentro con el mundo, las reducimos a puros actos de voluntad, a la mera generación de pensamientos positivos. Las terapias alternativas y los cognitivo-conductuales te dicen: ¡Piénse en positivo! Pretende funcionar como un mandato, como una persuasión, como una consigna.
Apela a la obediencia, a la sugestión, a la sobrevaloración del "yo" consciente.
Desde la vertiente psicoanalítica, el abordaje se iniciaría con preguntas que dinamizasen el proceso por medio del cual la persona pueda pensar sobre lo que le pasa y pueda ir encontrando respuestas en su interior. Se trata del fascinante encuentro de dos mentes y las vicisitudes agridulces del camino compartido.
Se argumenta que lo válido es lo actual y, más concretamente, lo que esté de moda. Ahora todos flores de Bach, ahora meditación trascendental, ahora Tai-chi, acupuntura, talasoterapia, risoterapia "ja, ja, ja". En fin, terapias a montones y todas ayudan aplicadas por un buen profesional, pero no se puede pretender que lo curen todo como tampoco lo puede el psicoanálisis. Eso sí, que nos sanen tocándonos el cuerpo o a través de lo sensorial, pero cuando se trata de temas mentales, la gente hace largos peregrinajes antes de acabar en una psicoterapia. A montones de paciente he tratado que venían de probar todo lo alternativo.
El psicoanálisis, como ha cumplido más de 100 años hay que ir pensando en enterrarlo. Como es viejo no vale, a semejanza de nuestros pobres abuelos. A poca gente se le ocurre pensar en el ingente caudal de experiencia y conocimiento sobre la mente humana que habrá aportado la práctica del psicoanálisis, después de tantos millones de sesiones habidas en todo el mundo.
¿Acaso los cognitivo-conductuales que desechan los sueños porque no saben qué hacer con ellos, se creen que saben alta psicología, psicología profunda? La conducta no es más que un pequeño islote en la inmensidad del océano mental. Parece que sólo es científico lo que se puede corroborar con estadísticas.
Mientras no se redescubre el psicoanálisis, habrá que seguir tragando "coachings" y "coachers" (hay que decirlo en inglés, porque si no, en castellano nos remite al "arte labial" de los vendedores de crecepelo del "far-west". Tendremos que seguir venerando cognitivismos vaciados de conocimiento, conductismos y emociones intelectivas y un largo etcétera.
Esta mañana me comentaba un paciente, que una sobrina suya de 3 años y medio, le había propuesto a su padre, que si éste dejaba el cigarrillo, ella dejaría el chupete. Y como se dice en catalán "dit i fet" (dicho y hecho). Ella ya no quiere saber nada del chupete, pero el padre sigue con el suyo, fumando a escondidas. La niña le ofreció la oportunidad de crecer juntos y él no está pudiendo.
Una vez más nos vemos obligados a depositar toda la confianza en los más jóvenes, para que nos consigan un mundo mejor.
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