lunes, 13 de diciembre de 2010

¿Es la depresión una enfermedad?

Parece ser que ahora, porque lo dicen en TV, que es nuestra Biblia extraplana, a la vuelta de las vacaciones estivales o navideñas, todo el mundo debe estar deprimido y además, nadie cuestionarse el por qué, sino atiborrarse de antidepresivos para goce de las multinacionales farmacéuticas.
¡Mentira por partida doble!, quienes vuelven deprimidos en septiembre, ya lo estaban en julio antes de irse; muchas personas se sienten a gusto en sus trabajos y en su entorno, por lo que simplemente necesitarán unos cuantos días de adaptación para reingresar en la cuotidaneidad.
La segunda mentira es definir como depresión lo que no es más que un inevitable proceso de duelo, ese proceso de elaboración psíquica que transforma en recuerdos esas vivencias compartidas y gozosas que anhelábamos eternizar, pese a que sabemos que nada perdura eternamente.
Más de 500 millones de personas toman antidepresivos o algún tipo de psicofármaco en todo el mundo y no por ello gozamos de mejor calidad de vida. Debiéramos cuestionarnos seriamente este modelo de sociedad nuestro, basado en el poder de la mentira, en la apariencia y falsedad de las cosas.
¿Querrán que tomemos antidepresivos cuando se nos muera alguien? La biopolítica actual pretende encasillarnos a todos en corsés diagnósticos para los que ya tiene preparada su correspondiente medicación. Van a actualizar lo que antes sólo figuraba en las novelas de ciencia ficción, personas totalmente robotizadas, despersonalizadas y desprovistas de cualquier saber subjetivo sobre si mismas. No te van a preguntar cómo te sientes ni lo que piensas o sabes sobre tu sufrimiento, sino que van a solicitar tu listado de síntomas para aplicarles los fármacos correspondientes. Traga y calla... ¿les suena de algo?
La depresión no es una entidad nosológica propiamente dicha, sino más bien un estado psíquico profundamente doloroso que afecta nuestras capacidades intelectivas y creativas. La persona se siente desesperada, desesperanzada, como arrastrada por una fuerza oscura que la empuja al desmoronamiento, a la anulación de sus deseos, a la renuncia de todo placer. Afecta asimismo a su cuerpo, se lleva a la deriva el brillo de sus ojos, constriñe sus gestos, apaga su voz.
La depresión está más cercana a la melancolía, a la dimensión trágica de la vida, a las pérdidas internas (un largo agregado de duelos acumulativos por la pérdida de la infancia, de la dolescencia, de los padres quizá, de parientes, amigos o las transformaciones de nuestro propio cuerpo).
El o la depresiva mantiene un diálogo interno con una parte de sí que la invita al abandono del mundo (suicidio), llamada que más de 10.000 personas escuchan al año en España. Dicho abandono y desprendimiento narcisista socava su autoestima y les postran en la soledad, el llanto y la profunda desdicha.
Puede ser aconsejable la ingesta de algún antidepresivo en el inicio de la terapia, pues va a aliviar parte de su sufrimiento restableciendo el correcto funcionamiento de los neurotransmisores, equilibrando su estado de ánimo, aunque lo verdaderamente conveniente para la persona que sufre es entender lo que le está pasando y que tiene que ver con conflictos emocionales no resueltos o traumas desconocidos para el propio sujeto, pues yacen en su inconsciente.
Lo conveniente es iniciar una terapia basada en la escucha y en la palabra como medicina.
Llegados a este punto quisiera hacer hincapié en un aspecto muy importante sobre las depresiones, que raramente es mencionado por los medios de comunicación, empeñados en deprimirnos aun más con la constante visión catastrófica, desesperanzada y destructiva que nos transmiten del mundo y que no va seguida de ningún tipo de elaboración o posterior reflexión. Usted trague toda la mierda que le echamos y luego haga con ella lo que pueda ¿es también reciclable?
Me refería al hecho de que la depresión nos ofrece un abundante material subjetivo con el que trabajar y cuyo desajuste o descompensación da cuenta de nuestro estado actual de sufrimiento. Es una oportunidad de oro para poder madurar como sujetos, para crecer internamente, para restaurar nuestra autoestima y narcisismo dañados, para aprender a conocernos a nosotros mismos y, por ende, a los demás. Una ocasión para llegar a ser mejores de lo que éramos antes de caer.
La depresión nos alerta de que no estábamos siendo coherentes con nosotros mismos, que estábamos teniendo actitudes y comportamientos que nos dañaban e intantilizaban. Nos muestra el gran abismo interior que se generó entre lo que nosotros esperábamos del mundo y lo que el mundo esperaba de nosotros.
De la depresión se sale, aunque no sin esfuerzo y dolor, se supera y saca a relucir las mejores partes de nosotros mismos, que antes estaban sometidas por los aspectos destructivos, involucionistas y no creativos de la personalidad. De otra guisa son las melancolías, donde algunos desdichados se instalan como una forma de "estar-sin-ser" en el mundo.
En definitiva, si os sentís deprimidos, no os asustéis, es el estado idóneo para poder pensar y ser creativo, pero un lugar para ser abandonado, como esos en los que veraneamos y alguna vez nos enamoramos de alguien. Muchas gracias por leerme y a ver si alguna vez os atrevís a hacer algún comentario, aunque sea para chincharme.

"Psiquicosas"

¡¡Caca!!, espetó desaforada la mamá a su bebé cuando éste estaba a punto de introducir en su boca un caramelo que había recogido del suelo.
Existen algunos hábitos, creencias o costumbres muy extendidos entre las madres en general, y que se transmiten de generación en generación, si bien dicha circunstancia, no presupone que sean correctos o convenientes. El resorte que nos induce a denominar como "caca" a todo lo tirado por el suelo está muy vinculado a la concepción que tenemos del "espacio público" como un lugar a ser despreciado. Parece ser que en países de influencia religiosa Protestante, los lugares públicos son más respetados y permanecen más límpios y cuidados.
En España somos muy marranos en las calles, en nuestras plazas, en las porterías de nuestras viviendas, es como si "todo lo que no es mi casa" es un estercolero, aunque en algunos, tampoco sus viviendas se libran de esa dejadez o desidia.
El asunto podría parecer banal si no fuera porque el bebé se encuentra en un momento de gran plasticidad neuronal en el que va asimilando e integrando muchísimas cosas, entre ellas las estructuras sintácticas del lenguaje, su musicalidad, rítmo, vocabulario y demás. Le estamos introduciendo una información errónea y empobrecida designando con el término "caca" toda una pluralidad de cosas diversas, lo cual induce a confusión.
Le estamos mintiendo llamando "caca" indistintamente a una chapa, a un guijarro, al envoltorio de un caramelo, a un chiclé, a una monda de fruta o alguna moneda extraviada. Debiéramos mencionar cada objeto por su nombre, como también debiéramos no arrojarlos al suelo.
No cuesta nada decirle a la criatura algo así como: el caramelo está sucio, no debes llevarte a la boca lo que recojas del suelo (no olvidemos que la boca es su primer órgano sensorial para el reconocimiento de los objetos, pues tuvo su bautismo con el mundo a través del binomio boca-pecho)
Algunas madres tildan de marranos a sus hijos cuando muestran tales conductas, con lo cual, no sólo están equivocadas, sino que además colaboran a inhibir los comportamientos exploratorios de sus pequeños, sobre todo si van acompañados de un ligero manotazo. Reprimir su curiosidad y quererlos llevar siempre limpitos como cromos puede influir negativamente en su futura educación escolar.
Les damos mensajes contradictorios pues volvemos a utilizar la palabra "caca" cuando va referida a la limpieza y aseo de sus deposiciones, por lo que le estamos asimilando como idéntico las cosas que se encuentra por la calle, con los contenidos internos de su cuerpo, que el bebé retorna a su madre con valor simbólico de "regalo" a cambio de las múltiples cosas buenas procedentes de los amorosos cuidados maternos.
Otra creencia tan extendida como errónea consiste en pensar que el niño o niña, cuanto más rechoncho esté, más sano se encuentra. De esta guisa vemos muchos en sus carritos con sobrepeso e hiperabrigados (la fobia al resfrio).
Algunas madres consultan al pediatra porque ignoran si es normal que llore y les cuesta discriminar de qué se está quejando la criatura. Nadie les ha enseñado a ser madres, pero después del parto y aun durante el embarazo, se activa en la mayoría de ellas una función psíquica que el Dr.W.Bion denominó función "rêverie", que no tiene que ver con la intuición, sino más bien con la capacidad de "ensoñación" que tendría la mamá para "saber" qué le está pasando a su bebé: si llora porque tiene hambre o sueño, puede que esté escocido o le duela la barriguita, pues "digerir" los alimentos es doloroso, como también lo es digerir aquellas cosas que no nos gustan de nosotros mismos o que no queremos aceptar. No todas las madres disponen de dicha función paraexcitadora o de "rêverie" y no todas debieran ser madres ni muchos, tampoco padres.
Háganme caso y no sean cicateros con el lenguaje y designen a cada cosa por su nombre, que la "caca" sólo nombre a la caca y, si tienen dudas, en tanto la Sanidad de este país decide dónde ubicarnos a los Psicólogos Clínicos, consulten con el pediatra, su farmacéutico o la vecina "sabionda" del barrio. Muchas gracias por el tiempo que me habéis dedicado, sin lugar a dudas lo más valioso que disponéis aparte de vuestro gran corazón y las ganas de educar correctamente a estos hijos que tanto amáis.

domingo, 3 de octubre de 2010

¿Por qué las mamás deben dar de mamar a sus bebés en tanto éstos no sean cibernéticos?

"El pecho materno es el paradigma del conocimiento
humano. La curiosidad del bebé por el mundo y su
pulsión epistemofílica y posterior desarrollo, estará
condicionada por la calidad de ese encuentro mamá-
pecho" S.Freud (transcripción no literal)

Sándor Ferenczy hablaba de la presencia de un caldo cenestésico en el vientre materno. El feto engendrado e impregnado imaginariamente se está sintiendo querido en el interior del vientre materno. El Dr.Ramón Meseguer me decía que en boca del poeta esto sería algo así como..."A nadie le he hablado de ti, pero todos te ven en mis ojos".
Cuando el bebé abre los suyos a un mundo del que no sabe nada y desconoce todo sobre si mismo, necesita posarse en los brazos de una madre "suficientemente buena" que provea un entorno facilitador para una aceptable crianza.
Utilizando la terminología empleada de forma precisa por el gran pediatra y psicoanalista Dr. Donald Winnicott, se trataría de crear las condiciones idóneas para el establecimiento de un correcto "holding" y "handling" materno.
La criatura que fue nutriéndose y desarrollándose en el interior de su madre, se encuentra ahora en el mundo exterior, tras la inevitable cesura del nacimiento. El acomodamiento del bebé al cuerpo y pecho materno es la "gestalt" más fidedigna para contrarrestar el trauma de la separación biológica madre-bebé.
A partir de este momento, los procesos biológicos seguirán su curso hasta que le alcance la muerte y lo que, hasta entonces, habían sido vestigios de actividad psíquica en el cerebro del feto, en forma de sensaciones, protofantasías o protopensamientos, iniciarán a partir de ahora un vertiginoso proceso de psiquización, hasta alcanzar el desarrollo madurativo emocional, imaginativo y cognitivo que le permitan ser autónomo en el mundo de los objetos, personas y relaciones objetales.
Todos nacemos con un cerebro pero la mente está por hacer, de ahí que la madre deba prestarle la suya en el inicio, como quien presta la madre que acompaña los primeros pasos de un niño.
La principal función mental que le presta la madre consiste en otorgar sentido e interpretar las manifestaciones biológicas del neonato, sus caóticas sensaciones, su desasosiego, el terror sin nombre que le invade y las propias pulsiones a abandonar la lucha por la vida y regresar al estado inanimado.
Es fundamental que el psiquismo se rodee de una ambiente de "belleza, bondad y verdad" para poder desarrollarse. Gracias al impacto estético (Dr.Donald Meltzer) que genera la madre en el recién venido y la verdad y belleza que dimanan de su rostro, de sus caricias, de sus besos, merced a todo ello, repito, el bebé es capaz de seguir luchando y abrazar la vida.
Los estudios que realizó el Dr.R.Spitz allá por los años cuarenta en Instituciones que recogían niños abandonados o huérfanos, nos mostraron la insustituible presencia de la madre en el sostenimiento y crianza del hijo. Como pudo constatar el Dr.Spitz, la mayoría de aquellos niños sin sus madre se psicotizaban o fallecían.
El "holding" que mencioné anteriormente se refiere a esa especie de nido protector que los papás suelen preparar antes de la llegada de una criatura, que vendría con más garantías, caso de ser deseada. Se instala el escenario donde pueda actuarse la intimidad madre-hijo, y el padre colabora permitiendo esa fusión relacional de la que él va a ser excluido al principio y que, si todo va como corresponde, va a ser introducido progresivamente en esa díada, a través de la madre, hasta poder incorporarse como ese otro vértice del triángulo que posibilitó su acceso al orden simbólico y a la belleza del mundo. La trascendencia del padre deberá expresarse en el orden de lo simbólico, lo real y de lo imaginario.
El "handling" se refiere esencialmente a lo que ocurre en ese "nido" en el que la ´mamá se recluyó con su bebé. Ésta, a través del contacto piel-con-piel con su criatura, funda entre ambos lo que los psicólogos denominamos "simbiosis primaria perinatal", es decir, un estado mental generado entre ambos de manera que forman una unidad integrada donde el pecho pasa a ser una especie de "cordón umbilical" puesto fuera para el trasvase de la leche y la mente materna que psiquiciza lo desorganizado proveniente del bebé.
Dicha simbiosis ha de ser abandonada paulatinamente en pro de la individuación del nuevo ser en devenir y su progresiva subjetivación.
Esta relación piel-con-piel irá generando en la incipiente psique del neonato los límites de su cuerpo en oposición al cuerpo materno, pudiendo poco a poco diferenciarse y discriminarse el uno del otro. Resumiendo a grandes pasos todos estos procesos evolutivos, podemos concluir que se instala el "yo-piel" (Dr.Didier Anzieu) que junto con la "piel-sonora" (mismo autor) que conforma el arrullo y demás juegos vocales de la madre, van creando las bases para la posterior aparición del lenguaje y todo el complejo entramado psíquico que permitirán a ese niñ@ referirse a si mism@ como YO.
"La función alfa es la que permite convertir las sensaciones y emociones primitivas en pensamientos. Esa función alfa es introyectada en la infancia como un "pecho" capaz de recibir las identificaciones proyectivas caóticas y dolorosas del bebé, ordenando el caos y devolviendo al niño un estado equivalente a tener sueños o fantasías rudimentarias, que más adelante formarán pensamientos, porque el bebé ha incorporado un "pecho pensante". En eso consiste la función "reverie" de la madre" (reverie proviene de "rêve" -sueño en francés).
He elegido este párrafo del Dr.Grinberg, donde expone diáfanamente algunos de los conceptos del que fue uno de los grandes genios de la psicología junto con S.Freud, el Dr.Wilfred Rupert BION.
El bebé amamantado por el pecho materno está incorporando el "software" (el cerebro sería el hardware) de cómo manejar ese caos de sensaciones y terror sin nombre al que se ve sometido de buen principio. El efecto gozoso de dar el pecho, junto al poder sedante de la leche materna, les conduce a ambos a un estado de somnolencia que comunica ambas mentes y les lleva a soñar juntos. Pocas escenas o imágenes tan hermosas e impactantes como una madre amamantando a su criatura.
Los hallazgos de la neotenia muestran como al pasar a la bipedestración, la raza humana evolucionó de manera que las criaturas son paridas 3 meses antes de lo que les correspondería, ya que de continuar la gestación las madres no podrían hacerlos transitar por su pelvis por el mayor tamaño del cerebro.
Al nacer sin acabar de hacerse, la madre debería crear en el mundo externo las condiciones más parecidas a su interior, y que son las que nos hemos venido refiriendo en párrafos anteriores.
Todos esos cuidados, contención y sostenimiento emocional al que hemos reseñado, inician en el bebé el proceso de NARCISIFICACIÓN primaria que permitirá a la criatura la autopercepción de sentirse querida e importante para sus padres.
Este acopio de investiduras narcisistas constituirán la base de su futura autoestima. Las fallas de todos estos procesos, sin entrar en disquisiciones de las causas, son tratados por las corrientes actuales de las neurociencias, como trastornos neurológicos, cuando en realidad se trata de "no maturaciones" que se irán corrigiendo con el tiempo y ayuda psicológica. Tal está ocurriendo con muchos casos que son diagnosticados como TDA H. (medicar para no escuchar).
Al igual que la simbiosis primaria perinatal donde la mamá-bebé forman una unidad indiferenciada, debe irse abandonando paulatinamente para facilitar el proceso de individuación y subjetivización del neonato, también los aportes narcisistas deberán ser modulados y regulados para evitar excesos que perjudicarían el proceso de socialización del niño y la calidad de sus relaciones objetales.
En lo mental como en la mayoría de cosas en la vida, la diferencia entre lo normal y lo patológico radica en ligeros decantamientos de las proporciones hacia la carencia o el exceso. Así por ejemplo, un adulto que genere vínculos simbióticos con los demás tendrá una parte psicótica importante en su personalidad, mientras que un narcisista tendrá un pobre contacto afectivo y vivirá al borde de la depresión y el maltrato psicológico (el clásico tirano).
No quisiera concluir esta exposición sin mencionar que no toda madre que dé pecho a su bebé está garantizando su buena evolución física y mental (puede ser una madre imitadora, insegura y sis intuición), mientras que otras madres suficientemente buenas que dieron biberón porque no hubo más remedio, han podido transmitir lo esencial para su bebé, la función alfa y el amor a la verdad y a la belleza del mundo.
Aquellas madres que por padecer una mastitis o cualquier otra razón no pudiesen dar el pecho, también tienen la opción de, una vez nutridos, depositarlos sobre su pezón y permitirles que jueguen, se agarren o lo rechacen. Hay que poder transmitir el amor pero a su vez aceptar el odio.
Recordad que la correcta narcisificación del bebé está íntimamente relacionada con el buen dormir y la posibilidad de soñar. Se libera en ese proceso la hormona del crecimiento y los procesos madurativos neurológicos tienen lugar esencialmente en ese periodo de no excitación sensorial externa. La correcta narcisificación genera suficientes "objetos buenos" en el interior del psiquismo del bebé que son a los que se retira cuando abandona el mundo de la vigilia.
Nadie concilia el sueño en el desasosiego. Que duerma con vosotros o entre vosotros durante el primer año de vida, luego proveerle su espacio y no retornarlo al vuestro salvo contadas ocasiones, es más conveniente que vayáis a calmarlo a su lugar, acariciándolo y arropándolo con dulces palabras. Nada de cogerlo en brazos constantemente ni cualquie otra práctica que lo lleve a regresionar y perder el terreno ganado. Nunca olvidéis que las personas tendemos a evitar el dolor psíquico y propendemos a lo fácil o lo cómodo, defectos todos ellos que nos llevan al no crecimiento mental. LECHE MATERNA, PECHO, AMOR Y VERDAD, esos son los cuatro pilares que sostienen la vida que merece la pena ser vivida.
Mucha suerte y mis saludos de parte del equipo de "Mamá pit".