martes, 13 de noviembre de 2012

"Usted no tiene nada, eso son nervios" (1st. round)

Recuerdo haber iniciado un poema con estas palabras: "octubre es el mes de la muerte..." Eso lo escribí hace muchos años, inspirado en un poema de T.S.Elliot,  y quizá vaticinaba, sin ser consciente entonces, el que pueda ser el mes de mi futura muerte. Este octubre pasado no lo ha sido, pero he estado cerca, ya que he padecido una grave erisipela, que me ha tenido ocupado  todo el mes en curarme, de ahí que haya escrito poquito este inicio de otoño. Mis ganglios funcionaron y salvé la pierna (tibia) y la vida.

Esta enfermedad me ha permitido vivir en primera persona las consecuencias de los recortes presupuestarios a que están sometiendo a la Sanidad en España y a otros muchos sectores, como la investigación (craso error en un país con tanta gente talentosa, pese a que haya mucho canalla y sinvergüenza).

Me conectaron una vía intravenosa con suero y antibiótico y me tuvieron todo el fin de semana en un "box" compartido con otros pacientes que iban y venían. El lunes me echaron a la calle para que siguiera tomándome el antibiótico en casa, vía oral, circunstancia que me alegró pues abandonaba aquel desagradable lugar, pero  esa indicación  me parecía precipitada, ante el proceso evolutivo que se espera en esta enfermedad, que requiere numerosas curas y permanecer alerta en todo momento.

Como no me curaron los abscesos que iban apareciendo al retroceder la placa eritematosa, me volví a ingresar de nuevo por urgencias en otro hospital que me merecía mayor confianza, donde, al menos, hicieron un cultivo de virus. En España hay excelentes médicos, enfermeras y auxiliares clínicas, pero la degradación económica actual a causa del pillaje que hemos sufrido, está degradando de forma alarmante la calidad asistencial.


Lo mejor de un mal fin de semana * (2nd round)

No tuve más remedio que asistir a la entrevista clínica que le hicieron a mi vecino del otro lado de la mampara. Su dolencia consistía en que se despertaba súbitamente por la noche con una angustiosa sensación de ahogo, se alteraba mucho y ya no conseguía conciliar el sueño.. Se trataba de un paciente con cardiopatía previa por la que ya estaba medicado y controlado. Los médicos que le atendieron pautaron un electrocardiograma y una placa de tórax (pulmones).

La entrevista me pareció muy correcta y ajustada a los protocolos ya existentes para este tipo de demandas. Sin embargo, cuando el paciente insistió en preguntar sobre el por qué se despertaba con ese ahogo, la respuesta que se encontró fue ese super popular "comodín-salida-puerta de atrás": ¡Eso son nervios!
Cuando un enfermo ha acudido en más de diez ocasiones a urgencias con idéntico síntoma, quiere decir que, cuando menos, no se ha escuchado esa parte que demanda  saber sobre el por qué de su queja (ahogo).

Ante su tenaz insistencia, el angustiado paciente consiguió una prescripción de Diazepan5 (benzodiazepina miorelajante muscular) que fue añadido a su larga lista de medicación. Cuando se marcharon los médicos y con el permiso del interesado y de sus familiares, pude averiguar desde la escucha psicológica, que es muy distinta de la médica, que éste señor había perdido un hijo en un accidente laboral (había ahí un duelo pendiente), y que otros dos parientes cercanos habían fallecido mientras dormían.

No hacía falta mucho más para conjeturar la existencia de un conflicto interno en una persona que, por un lado teme morirse mientras duerme y, por el otro, desea morirse para reunirse con su hijo. Se le veía un individuo muy dependiente de los suyos, con frágiles defensas mentales ineficaces para frenar la emergencia de poderosas angustias claustrofóbicas, que interrumpían el dormir. El hermoso y eficaz trabajo del sueño le indicaba dónde estaba el conflicto, dotándolo de valor de síntoma, pero él no supo leerlo y los médicos tampoco, puesto que no son psicólogos.

Si hubiese un correcto cruce de datos entre hospitales y expedientes, esos pacientes que apuntan una posible patología psicológica, serían también atendidos por un psicólogo especialista en psicología clínica y la Seguridad Social , se ahorraría mucho dinero en pruebas médicas innecesarias, que sólo sirven para calmar momentáneamente las angustias del paciente y las del médico que se hace cargo de él.

* Parafraseando un hermoso seminario dictado por  W.R. Bion que tituló "Lo mejor de un mal trabajo" (Making the best of a bad job). En su modestia y auto exigencia, Bion denominó "bad" a lo que al común de los profesionales nos habría sabido a excelente. Lia Pistiner prefiere traducirlo como un "trabajo difícil"
También dio otro seminario titulado "El largo fin de semana"

¿Por qué le llaman nervios cuando se refieren a lo psicológico? (3rd round. No one wins)

"Eso son nervios..." lo llevo escuchando en boca de médicos, gente mayor y todo tipo de legos, desde que era niño. Por recoger un único referente clínico, citaré una frase del Dr.S.H. Foulkes, eminente psiquiatra y psicoanalista individual y de grupos, que ya en los años ´50, se quejaba de la cantidad de enfermos que le llegaban derivados por los médicos generales, con el diagnóstico: "A usted no le pasa nada, sufre de los nervios".

¿Hablan de nervios para no apartarse un ápice de la fisiología? ¿No existen para los médicos enfermedades o trastornos de etiología psicógena? ¿Le cuesta a la clase médica aceptar que no lo pueden curar todo y delegar en los psicólogos clínicos? (que tampoco lo curan todo, por cierto)  Cuando hablan de nervios ¿ignoran que se están refiriendo a lo psicológico, es decir, a las fallas del paciente en la contención y manejo de sus ansiedades, así como en las dificultades para pensar y tramitar sus emociones? ¿Pretenden ignorar la existencia de partes dinámicas de la personalidad, susceptibles de ser modificadas, cambiar y crecer?

Diagnosticar como "nervios" algo que es preocupante y angustioso para una persona es como hacer un brindis al sol, pero si además añaden: "eso no es nada, son nervios", es confundir al paciente respecto a su percepción subjetiva de la realidad e insinuarle que se está inventando los síntomas o simulándolos.

Esta anacrónica respuesta médica es una evidencia más de las dificultades de La Medicina como ciencia para incluir a la psicología clínica en el mismo rango y valía que le otorgan a los demás trastornos orgánicos o estrictamente biológicos, si los hay.
Sería muy beneficioso para los pacientes en general, que la medicina en España supere de una vez por todas esa maniquea división del hombre en cuerpo-mente y construya ese viaducto, que ya existe en muchos otros países con el nombre de "psicosomática", disciplina en la que nuestros vecinos franceses nos llevan una gran ventaja. Esa ancestral visión unitaria que ya tenían las culturas orientales respecto a la indisoluble unidad cuerpo-mente, aunque ellos lo psicológico lo contemplasen desde el único vértice de los campos energéticos (chakras), y es que esas culturas no tuvieron su Freud y aún no han descubierto "lo inconsciente", de ahí que los chinos nos quieran hacer creer que lo que dicen de sí mismos es lo que es, cosa que nosotros sabemos que no es así.  Por todo ello concluyo que ese seudodiagnóstico multiuso  conocido como: "eso son nervios", no  es sino un "cuento chino" más, entre otros muchos a los que nos tienen acostumbrados.