lunes, 21 de marzo de 2011

¿por qué no debemos mentir aunque sea políticamente correcto?

Como ya dejé patente en uno de mis poemas, la mentira posee un gran contingente de significantes en comparación a la verdad, siempre más ligera de ropa, más expuesta a los ataques del mundo que la rodea. Para acercarse a la verdad hay siempre que escalar, las mentiras se amontonan en los barrancos.
Mentir forma parte de nuestras vidas como las deudas que contraemos con los bancos. También la mentira hipoteca algo de nuestro ser, aunque no nos hagamos conscientes de ello.
El lenguaje está al servicio de mostrar nuestras experiencias, pensamientos y emociones, pero también de ocultarlos.

Aunque podamos autoengañarnos de forma inconsciente, la mentira sólo se ejerce frente a otro o en función de una escisión del sujeto mismo que entonces puede "mentirse".
En 1913 en "Dos mentiras infantiles" Freud señalaba el carácter "natural" de la mentira entre padres e hijos. Viktor Tausk decía que el niño ha aprendido a mentir junto al educador mismo. "Los educadores intentan obtener la obediencia de las leyes educativas mediante promesas ilusorias que no mantienen; así el niño aprende a utilizar los falsos pretextos para enmascarar sus verdaderas intenciones".
He observado que las madres mienten mucho a sus hijos, algunas tan burdas y renegadoras de la realidad perceptiva como la de una madre que ví que le decía a su hijo de unos 7 años, que no le compraba lo que pedía porque estaba cerrada la tienda, cuando el niño veía a la gente entrar y salir. Otra madre me reconocía que les decía pequeñas mentirillas a su niña para no hacerla sufrir una espera, por ejemplo. La niña le transmitía su ansiedad y ella respondía ansiosamente en identificación proyectiva con su hija.

Existen motivaciones inconscientes en ciertas mentiras de niños que se producen bajo la influencia de motivos amorosos de una fuerza extrema. Por ejemplo, mentir a mamá sobre la autoría de algún hecho punible, por temor a dejar de ser querido por ella.
La mentira, en sentido moral, se cambia mediante el enfoque psicoanalítico, por una interrogación referida al deseo por lo falso. Tal deseo, incluso tal necesidad, es incompatible con la cura, que requiere que analizante y analista no sólo digan la verdad, sino que la busquen.
O en palabras de W. Bion, "la verdad no sólo hay que decirla, sino que hay que amarla".

Sándor Ferenczi estigmatizó la pedagogía de su tiempo que imponía al niño la represión de las emociones y las representaciones "La pedagogía actual obliga al niño a mentirse a sí mismo, a negar lo que sabe y lo que piensa". A la hipocresía de los adultos se corresponde la mentira de los niños.
Justo en las antípodas de lo que ocurre en nuestros tiempos, donde a los niños se les permite todo y se tiende a no poner límites a sus deseos o acciones. Si nociva es la represión absoluta, más inorganizadora y caótica es para la maduración del ser humano, la ausencia de todo freno o represión. Dicho de otra manera, es menos dificultoso poner en marcha a una locomotora "parada", que detener a una "sin frenos". ¿De qué carecen sino los niños etiquetados como TDA/H?

Helene Deutsch añade la importante noción de las personalidades "as if" (como si), que no constituye una mentira concreta utilitaria, sino que protege al "verdadero self" mediante un "falso self" (D. Winnicott)
Muchos jóvenes inventan perfiles de personalidad en las redes sociales, muy alejados de lo que ellos son en la realidad física o psicológica, casi siempre, construcciones idealizadas de sí mismos.
También podríamos situar la mitomanía en este contexto de patología narcisista, donde la mentira se dirige tanto al otro como a sí mismo.

Donald Winnicott sitúa en el centro de la tendencia antisocial de los niños y adolescentes el robo asociado a la mentira, así como la incontinencia y todo lo que sean porquerías.
En este contexto sería la mentira como voluntad agresiva de engañar al otro. Su origen es la frustración, la cual lleva consigo la glotonería, el robo y finalmente la mentira. En otros ámbitos arropados por la legalidad, todos damos por hecho que los políticos mienten más que hablan y que otros colectivos, como los abogados o los comerciales, se ven obligados a mentir para sacar adelante sus objetivos.

Uno de los principales motores de la mentira es nuestra innata intolerancia al dolor psíquico. Ciertas verdades sobre nuestra realidad psíquica se nos semejan insoportables. No nos gusta como somos, no nos gustamos a nosotros mismos, pero en lugar de trabajarnos nuestro interior, nos es más fácil sucumbir a la mentira y mostrar un espectro aceptable y acorde con las espectativas del stablishment.
La búsqueda de la verdad, de nuestra singularidad (*), no forma parte de las tareas que nos autoimpongamos, otorgamos prioridad a "vendernos" según el clixé de moda que nos asigne un lugar de notoriedad y fama ante los demás. ¡Cuánto miedo tenemos a ser auténticos, casi siempre enmascarado en el temor a ser dañados!.

Quien miente por costumbre debe inequívocamente padecer algún trastorno de personalidad, pues como acertadamente señalaba W.Bion, la mentira envenena la mente y genera patología.
O sea, que tomemos nota, mentir es fácil aunque la mentira deba ser pensada, pero no resulta gratis y, como sabiamente señala el refrán "se pilla antes a un mentiroso que a un cojo".

(*) Sobre la singularidad y otras grandes verdades, os recomiendo el magnífico libro del Dr. Marcelo Pakman "Palabras que permanecen, palabras por venir" Micropolítica y poética en psicoterapia. Ed. Gedisa.
Gracias por vuestra paciencia conmigo y sed un poco "japoneses" en vuestro trato mútuo. Desde aquí todo mi apoyo y admiración en estos trágicos momentos a ese gran país de grandes personas, que tuve la suerte de visitar a finales de la década de los ´80.

domingo, 13 de marzo de 2011

Barça F.C. - Real Madrid. La reedición del cainismo en España

Llevo días pensando en contestar toda esa bazofia impregnada de envidia que está arrojando el Real Madrid contra el Barça, aduciendo que todo lo que han conseguido es gracias a la ayuda de los árbitros.
Hoy que plasmo mi idea coincide casualmente con los 1000 días de Guardiola como entrenador del equipo, aunque S. Freud señalara que las casualidades no existen, sino que hay un secreto condicionante inconsciente que hace que las cosas no ocurran porque sí no más.

También se cumplen hoy unos 12.846 días aproximadamente desde que pasamos de ser una Dictadura-dura a una Dictadura-blanda, tras la máscara de una Democracia Parlamentaria en el endoesqueleto de una Monarquía.
Y es esa una de las causas por las que la Unión Europea nos está tirando de las orejas, y es que no nos podemos permitir con nuestro potencial real, tener más cuadros de mandos y jerifaltes que los propios Estados Unidos.
No podemos tirar de tanto jefe, jefecillo, adjunto de, secretario de, delegado de, senador de, Presidente de la Comunidad de, gerente de, parlamentario de, virrei de, embajador de, cacique de, señorito de, en fin, para no aburrirles más y resumiendo, que no puede haber tanta gente chupando de la teta de la vaca y tan poca produciendo quesos y mantequillas.

Las palabras del Presidente del Real Madrid refiriéndose al añejo Señorío del Club, me sonaron a totalmente obsoletas y a excusas de mal perdedor. ¡Vamos a recordar lo grandes que fuimos para no deprimirnos y no hacernos conscientes del fracaso de nuestro proyecto y de todo lo que hemos estado haciendo mal!. Distraeremos la atención sobre las supuestas trampas de nuestro díscolo y eterno enemigo.
Es muy fácil ser Señor cuando todos los demás son vasallos. El auténtico Señor es el que inclina su cabeza ante otro gran Señor, cuando se tercia.

Porque suponiendo que sea cierto que los árbitros ayudan intencionadamente al Barça, qué necesidad tienen entonces de mantener posesiones de balón que oscilan entre el 60 y el 80% en cada partido. ¿Por qué tienen que atacar todo el partido como si fuesen perdiendo? ¿Por qué no se dedican a coger margaritas por el cesped y dejarse caer de vez en cuando para que su amigo árbitro les regale un penalty?

Quienes vivimos esos años de gloria a los que usted se refiere sabemos cómo las gastaba su Señor club. Sin ir más lejos, yo mismo, como jugador que era de una peña azulgrana asistia gratuitamente a los partidos siendo yo adolescente. No he olvidado aún lo estupefacto que me quedé cuando un tal Velázquez , zancadilleado unos 10 metros fuera del área fue trompicando hasta caer dentro del área y su "man in black" de entonces, pitó penalty.
¿Compraba el Madrid los árbitros en aquella época? La verdad es que no creo que hiciese falta, era tal el miedo que infundía el Régimen que a los árbitros se les debía hacer un nudo en la garganta y a los linieres se les paralizaba el brazo cuando había que pitar contra su Señor equipo.

El Barça ha creado un magnífico grupo de trabajo y eso conlleva muchos años de hacer bien las cosas y de todo un plantel de personal técnico y ayudantes que funcionan unidos como una piña en el marco de una planificación a largo plazo.
Para que usted entienda a lo que se refería el gran Wilfred Bion cuando hablaba de las condiciones que debía reunir un Grupo para que fuese considerado de Trabajo, le diré que es totalmente lo contrario de un Grupo a lo Gran Hermano, donde sus miembros acaban arrastrados a la desubjetivación y al funcionamiento desorganizador de los Supuestos Básicos de ataque-fuga, apareamiento o dependencia. ¿O no es eso lo que sus seguidores anhelan que pase allí? Peleas, folleteos y vínculos personales basados en dependencias comensales, parasitarias o sado masoquistas, al servicio de unos telespectadores que ejercen de "voyeurs" (mirones) a través de la ventana digitalizada.

Guardiola funciona con el aplomo, humildad y "savoir fair" (saber hacer) que se espera de alguien que se haya psicoanalizado, dato que desconozco, pero que no me extrañaría en absoluto y encaja perfectamente con su extraordinaria personalidad. Su proyecto, que se anuda con el de J. Cruiff (a quien tuve el placer de seguir en algunos entrenamientos y en los partidos), y muchos otros, se asemeja más al de una gran familia que incorpora a las nuevas generaciones a un proyecto común.
Insisto en la idea de que es un trabajo de muchos años y que requiere de continuidad, de grandes jugadores y de una masa social que sabe que "son más que un club". Si queremos dar buen ejemplo a los jóvenes, sería más aconsejable que triunfe el proyecto Guardiola & Cia antes que el suyo, Señor Presidente del Real Madrid-al-Cielo desde el que usted nos divisa, encaramado a su elevadísima montaña de dinero.

Debiera usted saber que en las guerras, los mercenarios son los primeros en salir corriendo cuando vienen mal dadas, pues carecen del plus de moral que aporta el sentir que uno lucha en la defensa de unos ideales.
¿Acaso no tiene usted un equipo de mercenarios capitaneados por un narcisista resentido y lanzador de cócteles-difamaciones-molotov, a un auténtico profesional de la agitación? ¿Es ese el Señor que usted designa como sefensor del Señorio del Madrid? El triunfo de su proyecto sería la reedición de la infamia de Caín sobre Abel.
Un gran mecenas y un grupo de mercenarios no son suficientes para construir un gran equipo como el del Barça a no ser que se apliquen al gran "curro" que hay detrás.

También se han empeñado en afirmar que tienen el mejor jugador del mundo, cuando la UEFA ha designado a Messi (quizá este año se lo tendrían que haber otorgado a Iniesta o a Xavi).
Ustedes han adquirido un velocísimo fabricante de bicicletas, de gran fortaleza física, pero que en términos musicales, tocaría un par de instrumentos, en tanto que Messi posee infinidad de registros polifónicos y, aunque la efectividad goleadora sea semejante, el goce estético de ver jugar a uno u otro, es incomparable.

Y ya para finalizar, le preguntaría , Señor Presidente del Real Madrid, qué entiende usted por Señorío, pues según mis entendederas, una de las grandes cualidades de los Señores era saber deponer las armas a los piés del enemigo, siempre y cuando la envidia cainita no les impidiera reconocer su superioridad.
Mi agradecimiento a Guardiola y a este Barça por lo mucho que nos hace disfrutar a quienes amamos y entendemos el fútbol y que, ganen o no títulos, si no abandonan esta filosofía, seguiremos disfrutando de buen fútbol, aunque otros sean sus jugadores y otros sus espectadores. Mucha suerte a la gente de buen corazón.