sábado, 30 de junio de 2012

Eurovegas en el delta del Llobregat

El tema no radica en si decir sí o no a la creación de miles de puestos de trabajo, precario y esclavista, por otra parte, sino si estamos dispuestos a dar un giro de 180º a la imagen que de Barcelona se tiene en el mundo.
¿Están dispuestos los catalanes a que la antigua Ciudad Condal de la Sagrada Familia, del Barrio Gótico, del Modernismo, patria de Gaudí o morada de Picasso, pase a ser considerada "The gambling mecca of south Europe" (título homólogo al de su delegación africana en Suncity)  El reclamo internacional sería: Barcelona, La Meca del juego en el sur de Europa. Algunos ilusos se creen que Eurovegas es una especie de Port Aventura, pero a lo bestia. Nada que ver con eso, no es un parque de atracciones, sino la gran pirámide del excedente capitalista, repleta de sanguijuelas, adiestradas para chuparte el dinero.
En los años 80 tuve la oportunidad de viajar como guía acompañante de grupos, representando a una reconocida agencia de viajes. lo hacía durante los veranos y era como cumplir el sueño de cualquier pobre: poder viajar y vivir como los ricos, aunque fuera por unas semanas.
Ya me había licenciado en psicología y dicha experiencia me permitió conocer muchos países de Europa, Asia o África (Egipto lo visité en 11 ocasiones).
Todo esto viene a cuento de que fue precisamente en mi último viaje, en agosto del 90, que conocí "Suncity", Las Vegas de Sudáfrica. El viaje partía de Cape Town (Ciudad del Cabo) para seguir con Durban, Johannesburgo, Pretoria, los poblados zulús, el inmenso parque Kruger (safari fotográfico incluido), Swatzilandia y las bellísimas cataratas Victoria en Zimbabwe. Un viaje precioso que nunca olvidaré. Por cierto que, en Johannesburgo comimos en un restaurante regentado por un murciano. ¡Me rompió el tópico de los gallegos por todas partes!

Una de las excursiones consistía en pernoctar un par de días y medio en Suncity. Os comento con gozo que, nuestro malogrado Severiano Ballesteros, a quien tuve la ocasión de conocer personalmente, había ganado en varias ocasiones su prestigioso trofeo de golf.
La sensación que tuve fue de que los multimillonarios blancos de Sudáfrica, habían construido un oasis de lujo y despilfarro en el corazón de un país con muchas zonas de miseria y gran marginación de la población negra. Si lo construyen en Cornellá-El Prat, los que haremos de negros seremos nosotros. En pocos lugares he visto mayor concentración de chicas con cuerpos 10, para disfrute de esos ostentosos ricachos, que se permitían arrojar miles de rands en fichas, a las mesas de juego, como quien le suelta cañamones a las palomas.

Yo iba con el grupo para ganar algo de dinero, no para gastarlo y mucho menos, "cagarlo", así que, como pasta, ni tenía ni sigo teniendo, tiré de libro, piscina, algo de tenis y paseitos. ¡Qué bien viven los ricos!

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