domingo, 17 de febrero de 2013

La canción desesperada de nuestros muchachos

Cuando recibí este escrito a través de un e-mail, pensé que reflejaba fielmente la situación de desespero que ha hecho mella en millones de jóvenes españoles, a los que se les ha robado el futuro, la ilusión y la posibilidad de hacerse un lugar en esta sociedad enferma y podrida hasta la médula, a la que no le queda más remedio que curarse o reventar.
Este válido, inteligente y sensible mozo tuvo que abandonar prematuramente su terapia conmigo, a la par que se ha visto despojado del duro trabajo que realizaba en la construcción. Recibe ayuda de los padres para poder subsistir en un pequeño piso de alquiler, mientras el paro entró también en la casa paterna.
Le ofrecí no perder el contacto conmigo, a través de escribirme correos electrónicos de vez en cuando, a los que yo trataría de responder, con la ¿vana? esperanza de poder reanudar algún día su terapia. He obtenido su autorización para poder publicitar su más reciente escrito, del que he omitido expresamente cualquier detalle que pudiese facilitar su identificación:

                        "Frases mal escritas y letras desordenadas"

Yo y mi yo seguimos sin fumar, enfrentándonos a diario para ver quién es más cabezón de los dos, y parece que de momento gana mi lado de la balanza. Lo llevo bastante bien, mejor que las otras tantas veces que había intentado pasar página. Sigo aquí en mi piso de X, esperando a ver si me llaman de alguno de los lugares donde voy dejando mis curriculos.

Tengo momentos de un fuerte descenso anímico, sin embargo no los vivo como antes. Ahora los bajones no me dan por la abstinencia, pero la situación es bastante complicada y no sé cómo solucionar nada todavía.
La vida me vive a mí más que yo a ella, es un poco duro.... pero hoy por hoy no sé cómo tomar una decisión correcta o arriesgada sintiéndome tan perdido y sin ningún título que me avale a la hora de buscar trabajo o viajar.

Quería prepararme la prueba de acceso aunque fuera por mi cuenta, pero no hay dinero ni para los libros. Tampoco puedo hacer un curso de poesía del que tengo muchas ganas, ni comprarme los libros para ir aprendiendo yo por mi cuenta. He hablado con mi madre a ver si con los puntos del Banco podía conseguir un eBook y poder descargarme aunque sea los libros que vaya necesitando.

Quiero trabajar, pero la situación que he vivido estos últimos años me ha hecho pensar la vida de otra manera. La situación que vivimos es muy complicada a la hora de afrontar una estabilidad laboral, emocional y económica. Creo que la mejor opción sería poder dedicar un tiempo a estudiar, formarme bien y poder salir del país con lo mínimo por lo menos. El puto dinero no deja que me pague una vida en el primer mundo.

No sé qué va a pasar ni cómo va a acabar todo esto, es una situación difícil.....es muy probable que pueda encontrar algún trabajillo temporal, pero eso no me permite llevar una vida independiente y estable, sin tener que recurrir a mi familia. No canalizo los impulsos y las emociones como antes pero sigo sintiendo el mismo asco por la vida y por las personas. Tal vez soy un misántropo muy pesimista y por eso las cosas no me van bien.

He intentado conocer gente pero es que no sé por qué he aterrizado en este mundo todavía, las personas que conozco  y  las que puedo conocer no tienen nada que ver con mi forma de pensar y de comprender la vida. Sólo hay autómatas de mierda que no quieren ni intentar cambiar su situación personal.
La comodidad del consumo se ha apoderado de la masa social, de una forma drástica. Sé que todos estamos dentro de la sociedad y del consumo, pero no entiendo que no se intente luchar por cambiarlo. Me vienen ganas de hacer como los musulmanes, entrar al parlamento y que explote la bomba de relojería que llevo dentro del pecho... pero sé que no cambiaría nada.

Tengo una vida onírica muy activa, suelo recordar todos mis sueños durante el día, y si no siempre está el inconsciente que me hace volver al sueño y poder conocerme dentro de él, siempre de una manera muy confusa y muy real a la vez, que si no fuera porque aún me queda un tornillo flojo lo confundiría con esto que  conocemos como realidad. Confundo lo real con la realidad y el sueño con la vida.

Gracias a tí he aprendido a escucharme a mi mismo, me generaste un interés por cosas que nunca había valorado, y sin embargo, cuanto más intento aprender más lejos me encuentro de la gente y más tonto y raro me siento. La Universidad es otra fábrica de autómatas y de piezas concretas para un engranaje en el que te venden que tienes que encajar. Tengo una espiritualidad escéptica, no creo en las personas, pero creo que las personas han perdido la conexión con lo que somos.

Parece que para integrarme de nuevo en la sociedad tendré que cambiar unas dependencias por otras, y no quiero hacerlo. Ahora soy pobre, probablemente un parásito y un desgraciado, pero me siento más libre que nunca. No quiero venderme, no quiero tener que aparentar ser otra cosa para poder tener un trabajo, o para poder recibir una mirada amable de los demás.

Creo que lo malo acaba de empezar y que lo peor está por llegar. Esto no lo arregla ni una transición, ni el cambio más radical que pueda imaginar. Hemos llegado demasiado lejos en algo que nos vendía la comodidad y la pagábamos con el conocimiento que nos robaban, no es un robo, es un hurto. Hemos abierto nosotros las puertas para que nos robaran y a la que hemos visto lo que pasaba... ya estaba la casa vacía.

Dejo de escribir, ya que el vecino está con el taladro y le ha dado tan fuerte que ha conseguido agujerear el silencio. Disculpa si me he extendido un poco hoy, y no veas este escrito como un abandono ni como una renuncia, simplemente he intentado expresar las cosas que siento y que por más que vaya cambiando todo, mi pensamiento no cambia. Muchas gracias por escucharme y leerme.

(Confiemos que su lucha sirva para algo y no acabe de forma dramática como está ocurriendo en muchas familias españolas)