"El pecho materno es el paradigma del conocimiento
humano. La curiosidad del bebé por el mundo y su
pulsión epistemofílica y posterior desarrollo, estará
condicionada por la calidad de ese encuentro mamá-
pecho" S.Freud (transcripción no literal)
Sándor Ferenczy hablaba de la presencia de un caldo cenestésico en el vientre materno. El feto engendrado e impregnado imaginariamente se está sintiendo querido en el interior del vientre materno. El Dr.Ramón Meseguer me decía que en boca del poeta esto sería algo así como..."A nadie le he hablado de ti, pero todos te ven en mis ojos".
Cuando el bebé abre los suyos a un mundo del que no sabe nada y desconoce todo sobre si mismo, necesita posarse en los brazos de una madre "suficientemente buena" que provea un entorno facilitador para una aceptable crianza.
Utilizando la terminología empleada de forma precisa por el gran pediatra y psicoanalista Dr. Donald Winnicott, se trataría de crear las condiciones idóneas para el establecimiento de un correcto "holding" y "handling" materno.
La criatura que fue nutriéndose y desarrollándose en el interior de su madre, se encuentra ahora en el mundo exterior, tras la inevitable cesura del nacimiento. El acomodamiento del bebé al cuerpo y pecho materno es la "gestalt" más fidedigna para contrarrestar el trauma de la separación biológica madre-bebé.
A partir de este momento, los procesos biológicos seguirán su curso hasta que le alcance la muerte y lo que, hasta entonces, habían sido vestigios de actividad psíquica en el cerebro del feto, en forma de sensaciones, protofantasías o protopensamientos, iniciarán a partir de ahora un vertiginoso proceso de psiquización, hasta alcanzar el desarrollo madurativo emocional, imaginativo y cognitivo que le permitan ser autónomo en el mundo de los objetos, personas y relaciones objetales.
Todos nacemos con un cerebro pero la mente está por hacer, de ahí que la madre deba prestarle la suya en el inicio, como quien presta la madre que acompaña los primeros pasos de un niño.
La principal función mental que le presta la madre consiste en otorgar sentido e interpretar las manifestaciones biológicas del neonato, sus caóticas sensaciones, su desasosiego, el terror sin nombre que le invade y las propias pulsiones a abandonar la lucha por la vida y regresar al estado inanimado.
Es fundamental que el psiquismo se rodee de una ambiente de "belleza, bondad y verdad" para poder desarrollarse. Gracias al impacto estético (Dr.Donald Meltzer) que genera la madre en el recién venido y la verdad y belleza que dimanan de su rostro, de sus caricias, de sus besos, merced a todo ello, repito, el bebé es capaz de seguir luchando y abrazar la vida.
Los estudios que realizó el Dr.R.Spitz allá por los años cuarenta en Instituciones que recogían niños abandonados o huérfanos, nos mostraron la insustituible presencia de la madre en el sostenimiento y crianza del hijo. Como pudo constatar el Dr.Spitz, la mayoría de aquellos niños sin sus madre se psicotizaban o fallecían.
El "holding" que mencioné anteriormente se refiere a esa especie de nido protector que los papás suelen preparar antes de la llegada de una criatura, que vendría con más garantías, caso de ser deseada. Se instala el escenario donde pueda actuarse la intimidad madre-hijo, y el padre colabora permitiendo esa fusión relacional de la que él va a ser excluido al principio y que, si todo va como corresponde, va a ser introducido progresivamente en esa díada, a través de la madre, hasta poder incorporarse como ese otro vértice del triángulo que posibilitó su acceso al orden simbólico y a la belleza del mundo. La trascendencia del padre deberá expresarse en el orden de lo simbólico, lo real y de lo imaginario.
El "handling" se refiere esencialmente a lo que ocurre en ese "nido" en el que la ´mamá se recluyó con su bebé. Ésta, a través del contacto piel-con-piel con su criatura, funda entre ambos lo que los psicólogos denominamos "simbiosis primaria perinatal", es decir, un estado mental generado entre ambos de manera que forman una unidad integrada donde el pecho pasa a ser una especie de "cordón umbilical" puesto fuera para el trasvase de la leche y la mente materna que psiquiciza lo desorganizado proveniente del bebé.
Dicha simbiosis ha de ser abandonada paulatinamente en pro de la individuación del nuevo ser en devenir y su progresiva subjetivación.
Esta relación piel-con-piel irá generando en la incipiente psique del neonato los límites de su cuerpo en oposición al cuerpo materno, pudiendo poco a poco diferenciarse y discriminarse el uno del otro. Resumiendo a grandes pasos todos estos procesos evolutivos, podemos concluir que se instala el "yo-piel" (Dr.Didier Anzieu) que junto con la "piel-sonora" (mismo autor) que conforma el arrullo y demás juegos vocales de la madre, van creando las bases para la posterior aparición del lenguaje y todo el complejo entramado psíquico que permitirán a ese niñ@ referirse a si mism@ como YO.
"La función alfa es la que permite convertir las sensaciones y emociones primitivas en pensamientos. Esa función alfa es introyectada en la infancia como un "pecho" capaz de recibir las identificaciones proyectivas caóticas y dolorosas del bebé, ordenando el caos y devolviendo al niño un estado equivalente a tener sueños o fantasías rudimentarias, que más adelante formarán pensamientos, porque el bebé ha incorporado un "pecho pensante". En eso consiste la función "reverie" de la madre" (reverie proviene de "rêve" -sueño en francés).
He elegido este párrafo del Dr.Grinberg, donde expone diáfanamente algunos de los conceptos del que fue uno de los grandes genios de la psicología junto con S.Freud, el Dr.Wilfred Rupert BION.
El bebé amamantado por el pecho materno está incorporando el "software" (el cerebro sería el hardware) de cómo manejar ese caos de sensaciones y terror sin nombre al que se ve sometido de buen principio. El efecto gozoso de dar el pecho, junto al poder sedante de la leche materna, les conduce a ambos a un estado de somnolencia que comunica ambas mentes y les lleva a soñar juntos. Pocas escenas o imágenes tan hermosas e impactantes como una madre amamantando a su criatura.
Los hallazgos de la neotenia muestran como al pasar a la bipedestración, la raza humana evolucionó de manera que las criaturas son paridas 3 meses antes de lo que les correspondería, ya que de continuar la gestación las madres no podrían hacerlos transitar por su pelvis por el mayor tamaño del cerebro.
Al nacer sin acabar de hacerse, la madre debería crear en el mundo externo las condiciones más parecidas a su interior, y que son las que nos hemos venido refiriendo en párrafos anteriores.
Todos esos cuidados, contención y sostenimiento emocional al que hemos reseñado, inician en el bebé el proceso de NARCISIFICACIÓN primaria que permitirá a la criatura la autopercepción de sentirse querida e importante para sus padres.
Este acopio de investiduras narcisistas constituirán la base de su futura autoestima. Las fallas de todos estos procesos, sin entrar en disquisiciones de las causas, son tratados por las corrientes actuales de las neurociencias, como trastornos neurológicos, cuando en realidad se trata de "no maturaciones" que se irán corrigiendo con el tiempo y ayuda psicológica. Tal está ocurriendo con muchos casos que son diagnosticados como TDA H. (medicar para no escuchar).
Al igual que la simbiosis primaria perinatal donde la mamá-bebé forman una unidad indiferenciada, debe irse abandonando paulatinamente para facilitar el proceso de individuación y subjetivización del neonato, también los aportes narcisistas deberán ser modulados y regulados para evitar excesos que perjudicarían el proceso de socialización del niño y la calidad de sus relaciones objetales.
En lo mental como en la mayoría de cosas en la vida, la diferencia entre lo normal y lo patológico radica en ligeros decantamientos de las proporciones hacia la carencia o el exceso. Así por ejemplo, un adulto que genere vínculos simbióticos con los demás tendrá una parte psicótica importante en su personalidad, mientras que un narcisista tendrá un pobre contacto afectivo y vivirá al borde de la depresión y el maltrato psicológico (el clásico tirano).
No quisiera concluir esta exposición sin mencionar que no toda madre que dé pecho a su bebé está garantizando su buena evolución física y mental (puede ser una madre imitadora, insegura y sis intuición), mientras que otras madres suficientemente buenas que dieron biberón porque no hubo más remedio, han podido transmitir lo esencial para su bebé, la función alfa y el amor a la verdad y a la belleza del mundo.
Aquellas madres que por padecer una mastitis o cualquier otra razón no pudiesen dar el pecho, también tienen la opción de, una vez nutridos, depositarlos sobre su pezón y permitirles que jueguen, se agarren o lo rechacen. Hay que poder transmitir el amor pero a su vez aceptar el odio.
Recordad que la correcta narcisificación del bebé está íntimamente relacionada con el buen dormir y la posibilidad de soñar. Se libera en ese proceso la hormona del crecimiento y los procesos madurativos neurológicos tienen lugar esencialmente en ese periodo de no excitación sensorial externa. La correcta narcisificación genera suficientes "objetos buenos" en el interior del psiquismo del bebé que son a los que se retira cuando abandona el mundo de la vigilia.
Nadie concilia el sueño en el desasosiego. Que duerma con vosotros o entre vosotros durante el primer año de vida, luego proveerle su espacio y no retornarlo al vuestro salvo contadas ocasiones, es más conveniente que vayáis a calmarlo a su lugar, acariciándolo y arropándolo con dulces palabras. Nada de cogerlo en brazos constantemente ni cualquie otra práctica que lo lleve a regresionar y perder el terreno ganado. Nunca olvidéis que las personas tendemos a evitar el dolor psíquico y propendemos a lo fácil o lo cómodo, defectos todos ellos que nos llevan al no crecimiento mental. LECHE MATERNA, PECHO, AMOR Y VERDAD, esos son los cuatro pilares que sostienen la vida que merece la pena ser vivida.
Mucha suerte y mis saludos de parte del equipo de "Mamá pit".